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El mayor regalo: escuchar y ser escuchado

Hoy comparto con vosotros una de las prácticas integradas de Mindfulness que más me gusta y que siento tiene un impacto enorme en la forma en que nos relacionamos con nosotros mismos y con los demás: la escucha consciente.

La mayoría de nosotros probablemente pasamos el día comunicándonos con otras personas y sintiendo que las escuchamos. De hecho, los estudios indican que nuestra capacidad para prestar atención a lo que escuchamos ha disminuido mucho en los últimos años y que, en promedio, sólo tenemos alrededor del 25% de eficiencia en nuestra escucha. Además, muchos estudios concluyen que la mayoría de las personas sobrestimamos nuestra capacidad para escuchar.

Sabemos por experiencia que ser escuchado es uno de los mayores regalos que podemos recibir y que es esencial para crear una conexión. Presencia, curiosidad, atención, silencio, ecuanimidad, compasión … son algunos de los componentes de una escucha atenta y presente.

Tara Bach, psicóloga estadounidense, autora de varios libros y reconocida facilitadora de meditación, especialmente en el área del manejo emocional, dice que ESCUCHAR no es solo una característica para aprender a ser una persona más consciente. Es una competencia profunda y fundamental. También propone algunas estrategias para todos aquellos que quieran mejorar sus habilidades comunicativas y de escucha:

  • Definir la intención de escuchar a alguien de una forma más presente y consciente. Es difícil hacerlo con cualquier persona y en cada momento, especialmente al principio, por lo que podemos empezar practicando de manera intencionada con alguien en particular.
  • Reflexionar sobre la intención de la conversación. ¿Qué quiero sacar de aquí? ¿Impresionar a la otra persona? ¿Obtener su aprobación? ¿Demostrar que tengo razón? Cualquier «agenda» o intención que llevemos a una conversación de manera predefinida reduce nuestra capacidad para escuchar, así que ayudará entrar en conversaciones de manera abierta y sin intención para escuchar más y mejor.
  • Observar cómo nos sentimos acerca de la conversación. ¿Qué emociones surgen? ¿Qué sentimientos me invaden? La apertura para escuchar a los demás puede traernos información emocional y hacernos sentir incómodos y vulnerables porque quizás no nos creemos capaces de manejar cómo reaccionaremos. Respirar y confiar es un buen consejo.
  • Ofrecer “presencia” durante la conversación. Mantener la “escucha interna” es esencial para que estemos equilibrados y centrados mientras nos escuchamos unos a otros. Si perdemos la presencia, o si queremos reforzarla, podemos dirigir nuestra atención momentáneamente sobre el cuerpo, los pies o la respiración.
  • Hacernos coaching a nosotros mismos. Mantener la capacidad de escuchar durante una conversación a veces no es fácil. Para ayudar y reforzar el proceso, podemos utilizar frases como: “Escucho lo que dices”, “Esto es importante”; «Está bien, tengo tiempo».
  • Escuchar concentrándose en lo que el otro está diciendo, observando con delicadeza las distracciones que surjan, esos otros pensamientos que nada tienen que ver con la conversación, o caer en segundas interpretaciones o juicios rápidos, o evadirnos en nuestros propios pensamientos (no tengo tiempo, etc.)

Oír es, para la mayoría de nosotros, un acto natural, pero escuchar con atención y presencia requiere práctica e intención. ¿Lo intentamos?


“Escuchar es inclinarse suavemente con el deseo de ser cambiado por aquello que escuchamos”

Mark Nepo

The School of We

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