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El ser humano es una casa de huéspedes.
Cada mañana un nuevo recién llegado.
Una alegría, una tristeza, una maldad, cierta conciencia momentánea llega como un visitante inesperado.
¡Dales la bienvenida y recíbelos a todos! Incluso si fueran una muchedumbre de lamentos, que vacían tu casa con violencia, aún así, trata a cada huésped con honor. Puede estar creándote el espacio para un nuevo deleite.
Al pensamiento oscuro, a la vergüenza, a la malicia, recíbelos en la puerta riendo e invítalos a entrar.
Sé agradecido con quien quiera que venga porque cada uno ha sido enviado como un guía del más allá.
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— Jellaludin Rumi