Un maestro zen caminaba por el bosque con uno de sus discípulos. Encontraron una piedra grande y una hermosa rosa. El discípulo preguntó al maestro: “Maestro, ¿por qué la piedra no es hermosa y la rosa es hermosa?”

El maestro sonrió y dijo: “Porque tienes una noción de belleza en tu mente. Si no tuvieras noción de belleza, entonces la piedra y la rosa serían la misma cosa”.

El discípulo quedó intrigado y dijo: “Pero maestro, ¿cómo pueden ser la misma cosa la piedra y la rosa? Son muy diferentes en forma, color, textura y fragancia”.

El maestro dijo: “Son diferentes, pero también iguales. Ambos están hechos de los mismos elementos, ambos existen en el mismo espacio y tiempo, ambos dependen de las mismas condiciones y ambos tienen la misma naturaleza de impermanencia e interser. La piedra y la rosa no son entidades separadas, son manifestaciones de una misma realidad”.

El discípulo dijo: “Pero maestro, si la piedra y la rosa son la misma cosa, ¿por qué preferimos la rosa a la piedra? ¿Por qué valoramos más la rosa que la piedra?

El maestro dijo: “Porque tenemos una noción de preferencia en nuestra mente. Si no tuvieras ningún sentido de preferencia, entonces la piedra y la rosa serían igualmente valiosas”.

El discípulo dijo: “Pero maestro, ¿cómo pueden ser igualmente valiosas la piedra y la rosa? La rosa puede darnos alegría, belleza y fragancia, mientras que la piedra sólo puede darnos dureza, frialdad y pesadez”.

El maestro dijo: “Son igualmente valiosos, porque ambos pueden darnos algo que el otro no puede. La rosa puede darnos alegría, belleza y fragancia, pero no puede darnos solidez, estabilidad y resistencia. La piedra puede darnos solidez, estabilidad y resistencia, pero no puede darnos alegría, belleza y fragancia. La piedra y la rosa pueden enseñarnos algo que necesitamos aprender. La piedra puede enseñarnos a ser fuertes, pacientes y resilientes. La rosa puede enseñarnos a ser amables, alegres y agradecidos. La piedra y la rosa pueden ayudarnos a crecer y transformarnos. La piedra y la rosa son nuestras maestras y nuestras amigas”.