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Primeros pasos para un liderazgo compasivo

Liderazgo y compasión son dos palabras que no esperaríamos encontrar en la misma oración. Durante muchos años, la percepción popular de un líder fue la de ser fuerte, racional, resolutivo, obstinado y muy enfocado en los resultados, con habilidades técnicas, operativas y cognitivas. Un Liderazgo Ejecutivo, como hemos repetido infinidad de veces. Sin embargo, a pesar de que estas habilidades son válidas, en los últimos años ha habido una mayor conciencia de la importancia de la colaboración dentro de un equipo y entre diferentes equipos. Estos nuevos desafíos residen en el nivel de las emociones, impactando no solo en términos del bienestar de los empleados, sino también en su desempeño y productividad. Es así como empatía y compasión comienzan a tener una importancia creciente dentro de las organizaciones e incluso a definir un nuevo tipo de liderazgo.

Pero primero aclaremos qué es compasión, porque en nuestra cultura esta palabra suele asociarse con otro tipo de significado más próximo a estar arrepentido, ser condescendiente o participar en una relación de superioridad y victimización.

La definición simple que elegimos para esta compasión en la organización es la voluntad de ayudar. La compasión se deriva de la capacidad de sentir empatía, de ser consciente, de una comprensión cognitiva y emocional de la experiencia del otro. Genera un sentimiento de bondad y la intención de ayudar y estar al servicio, fomentando la acción.

Joan Halifax (antropóloga estadounidense con un extenso trabajo en el campo de la compasión) dice que “la compasión no es un lujo; es una necesidad fundamental para nuestro bienestar, resiliencia y supervivencia”, y por lo tanto debe ser parte no solo del liderazgo, sino del simple hecho de que somos humanos y vivimos en sociedad.

Es importante notar que ser compasivo no se trata de “curar” o “reparar” al otro. Tiene la intención de ayudar con nuestros recursos, tiempo y atención, pero sin perder de vista cuáles son los límites y cuáles son los procesos emocionales de los demás y de nosotros mismos. Porque cuando empatizamos demasiado con el sufrimiento de otro sin este discernimiento, fácilmente nos metemos en un estrés empático que nos impide poder brindar nuestra mejor ayuda. Por ello, es fundamental que el líder trabaje en su propio autoconocimiento y autorregulación emocional, para que pueda encontrar más fácilmente este equilibrio.

Bueno para el líder. Buenos para el equipo.

En los últimos años, la neurociencia ha demostrado que cultivar la compasión promueve un mayor bienestar para uno mismo, una mejor integración neuronal, una mejor conexión con los demás e incluso un sistema inmunológico mejorado.

En cuanto a equipos y organizaciones, las investigaciones realizadas han demostrado que un liderazgo más compasivo facilita:

  • mayor participación y compromiso de los empleados;
  • mejor desempeño en el trabajo en equipo;
  • mayor cohesión en las decisiones;
  • un entorno de mayor seguridad psicológica;
  • mayor bienestar;
  • un mayor estímulo a la innovación y la creatividad;
  • menor rotación de empleados.

Cómo ser un líder más compasivo

Aunque tenemos diferentes características y personalidades, con un impulso más o menos prosocial, la buena noticia es que, como dice el investigador Richard Davidson, “la compasión es una habilidad entrenable y una práctica adecuada puede cambiar la forma en que funciona nuestro cerebro, percibiendo las emociones del otro y aumentando nuestra capacidad de actuar”. Aquí hay algunos consejos sobre cómo convertirse en un líder más compasivo:

  1. Practica la compasión contigo mismo. Como dice Serena Chen, profesora de psicología en UC-Berkeley: «La autocompasión y la compasión por los demás están entrelazadas… Ser amable con uno mismo y no juzgarse a sí mismo es una práctica esencial para desarrollar la compasión por los demás». Los estudios indican que la autocompasión genera resiliencia, una mentalidad de crecimiento y la motivación para hacerlo mejor. También sabemos que los líderes que desarrollan una mayor conciencia de sí mismos (a través de prácticas de Mindfulness, por ejemplo) y que demuestran una mayor compasión por ellos mismos y por los demás, construyen entornos de mayor confianza que conducen a un mayor compromiso y un desempeño más sostenible. en sus equipos y organizaciones.
  2. Crea un ambiente de seguridad psicológica dentro de tu equipo. Un líder inspira sobre todo por su actitud y experimentando lo que dice y exige. Viva los valores por los que quiere que viva su equipo. Como líderes, a menudo tenemos miedo de demostrar algún tipo de autenticidad, vulnerabilidad y apertura a otros empleados, pero es fundamental crear entornos donde otros puedan hacer lo mismo sin miedo a ser juzgados, dando lugar a una mayor creatividad, colaboración y mejor actuación.
  3. Conoce las motivaciones más profundas de tus empleados. Derriba las barreras que a menudo existen al comprender mejor los contextos, las necesidades, las preferencias y las motivaciones individuales de tus empleados. Desde un punto de vista profesional, esto te permite, por ejemplo, organizar los equipos para que se utilizar mejor sus fortalezas motivacionales individuales. También les permite saber cómo ayudar a superar los obstáculos que les impiden realizar tareas o lograr un mejor desempeño.
  4. Escucha de forma más consciente y eficaz. Presta atención y presencia al hablar con cada empleado individualmente o en equipo. Escucha con generosidad y atención, eliminando tantas distracciones como sea posible. Incluso en conversaciones más difíciles, evita la autoridad o la agresión, habla honestamente pero abiertamente, usa un lenguaje personal y ponte en la situación de la otra persona.
  5. Practica formas de ayudar. Te invito a utilizar la siguiente micro práctica de la compasión: en cualquier situación, encuentro o conversación que requiera tu participación, detente, respira y recupera este pensamiento: «¿Cómo puedo ayudar a esta persona en esta situación?». Haz de ésta una vocecita interior que te acompañe y sorprenda a tu equipo estando atento y ofreciendo apoyo (lo que no significa solucionar la situación), para que te reconozcan como un proveedor de ayuda.
  6. Ayuda a los empleados a cultivar una actitud compasiva. Tu actitud compasiva hacia los demás inspirará a tus empleados a adoptar una actitud más compasiva entre ellos. Esta actitud debe ser reconocida y valorada.

Es importante enfatizar que ser un liderazgo compasivo no significa necesariamente estar de acuerdo con la opinión o actitud del otro o no poner límites. Un líder puede ser compasivo, abriéndose a comprender la perspectiva del otro, “sintiendo” al otro, respetando los valores y emociones del otro y aún así, por ejemplo, ofrecer críticas constructivas, comunicando con límites férreos o dando malas noticias.

Una urgencia, no una moda

El liderazgo compasivo es mucho más que una moda actual u otra buena adición a la lista de habilidades de liderazgo requeridas por las empresas u ofrecidas por las empresas de formación. Es un requisito humano, social y empresarial que se vuelve esencial y urgente para hacer frente a los desafíos actuales y desarrollar organizaciones y sociedades más felices y colaborativas.

En un estudio de 1,000 líderes de 800 organizaciones, el 91% de ellos dijo que la compasión es muy importante para su liderazgo y el 80% dijo que les gustaría aumentar su compasión, pero no saben cómo. Si también es uno de estos líderes que le gustaría aprender a cultivar más su compasión en el lugar de trabajo, sepa que Liderazgo Compasivo es uno de los módulos del programa SEARCH INSIDE YOURSELF.

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