Recursos

¿Existe agilidad sin mindfulness?

Vivimos en una era cada vez más digital, donde la tecnología está transformando la forma en que trabajamos, nos comunicamos y colaboramos. Las empresas se enfrentan a desafíos cada vez mayores, como la complejidad, la incertidumbre, el estrés y la competitividad. Para adaptarse y prosperar en este escenario, las empresas necesitan ser flexibles, creativas, innovadoras y eficientes.

En este contexto, las metodologías Agile han surgido como uno de los enfoques eficaces para el desarrollo de productos y servicios, basado en la colaboración, la experimentación y el feedback. Sin embargo, ser Agile no significa simplemente seguir un conjunto de métodos o herramientas. Agile se trata de reconocer la incertidumbre que tenemos ante nosotros y aceptar que hay cosas que no controlamos o que no conocemos y que descubriremos o aprenderemos a lo largo del camino.

Para cultivar esta mentalidad, manteniendo la confianza y ofreciendo lo mejor de nosotros en cada etapa del proceso, necesitamos desarrollar habilidades socioemocionales, como la resiliencia, la capacidad de atención, la comunicación y la empatía. Aquí es donde entra el Mindfulness, como práctica que ayuda a mejorar estas habilidades y fomentar una mentalidad ágil.

Mindfulness y Agile pueden parecer conceptos lejanos, pero en realidad tienen mucho en común y pueden complementarse y reforzarse mutuamente. Ambos buscan promover una mayor conciencia, una mayor flexibilidad, una mayor creatividad y una mayor eficiencia, tanto a nivel individual como colectivo.

Aquí hay algunos ejemplos concretos de cómo la práctica del mindfulness puede potenciar el agile:

  • Mejorando el enfoque: La práctica del mindfulness puede ayudar a los colaboradores a enfocarse en las tareas y objetivos más importantes, evitando distracciones e interrupciones. Como consecuencia, puede mejorar la productividad y la eficiencia, al reducir el desperdicio y permitir entregar valor de forma más rápida. La capacidad de enfoque en el momento presente también permite reducir la ansiedad ante la incertidumbre y abrazar el “aprender haciendo” fundamental en la mentalidad Agile.
  • Aumentando la autoconciencia y la regulación emocional: la práctica del Mindfulness puede ayudar a los colaboradores a reconocer y gestionar mejor sus emociones, tales como la ansiedad y el estrés, la frustración, la ira o el miedo. La práctica ayuda a que estas emociones no se eviten o se nieguen, sino que se sientan o se expresen de una forma constructiva, creando un impacto positivo en el rendimiento y el bienestar. El mindfulness también puede ayudar a los colaboradores a identificar y corregir sus sesgos cognitivos, como la resistencia al cambio, la aversión al riesgo, la ilusión de control, entre otros, que pueden de alguna forma bloquear su capacidad de tomar decisiones y su creatividad.
  • Mejorando la comunicación y la colaboración: La práctica del Mindfulness puede ayudar a desarrollar una comunicación más eficaz y empática, con mayor escucha activa, lo que permitirá un feedback más adecuado y una negociación más eficaz, fundamental en los proyectos ágiles. El mindfulness potencia también la colaboración y la cooperación, mejorando la confianza, el respeto,  la transparencia y la empatía, permitiendo la creación de ambientes de mayor seguridad psicológica.
  • Estimulando la creatividad y la innovación: La práctica del mindfulness permite una mayor apertura, curiosidad y no crítica, lo que ayuda a estimular la creatividad y la innovación. Puede ayudar a los colaboradores a explorar diferentes perspectivas y soluciones, evitando el apego a creencias limitantes o a ideas preconcebidas. El mindfulness también ayuda a cultivar la autocompasión, lo que puede ayudar a los colaboradores a experimentar y aprender de sus errores, sin evitarlos o negarlos.
  • Promoviendo la adaptación y la mejora continua: La práctica del mindfulness puede ayudar a los colaboradores a adaptarse mejor y a promover una mejora continua, al aumentar su capacidad de responder al cambio en lugar de resistirse a él. Los cambios se ven como oportunidades de aprendizaje y crecimiento, en lugar de amenazas u obstáculos.

Como conclusión y en respuesta a la pregunta del título, creo que no hay verdadera agilidad si no hay esa capacidad de estar atentamente presente a mí mismo y al otro. El Mindfulness y el Agile son dos enfoques que se complementan y se refuerzan mutuamente, creando una sinergia que puede traer beneficios a varios niveles. A nivel individual, el mindfulness puede mejorar el enfoque, el rendimiento y el bienestar de los colaboradores. A nivel de equipo, el mindfulness puede mejorar la cohesión, la comunicación y la colaboración de los equipos ágiles, al aumentar la confianza, la empatía y el respeto entre los miembros del equipo.

Es importante reforzar que para que existan resultados efectivos en el uso de estos enfoques, estos tienen que estar incluidos en la cultura de la empresa, siendo fundamental que haya un compromiso y una implicación de todos los niveles de la organización, desde el liderazgo hasta los colaboradores. Es necesario que haya una visión clara y compartida de lo que significa ser una organización Agile y Mindful, que haya una estrategia y un plan de acción coherentes y consistentes para implementar y evaluar los cambios necesarios y que haya un apoyo y un seguimiento continuo para facilitar e incentivar la práctica, tanto a nivel individual como colectivo.

The School of We

Contacta con TSoW

Si deseas más información sobre nuestros servicios, rellena el siguiente formulario de contacto. ¡Gracias por anticipado!